Contexto histórico

Los comienzos de la generación coinciden con los primeros años veinte. En 1920 aparece el primer libro de Gerardo Diego, Romancero de la novia; en 1921, el de Dámaso Alonso, Poemas puros. Poemillas de la ciudad; en 1923, el de Pedro Salinas, Presagios; en 1925, el de Rafael Alberti, Marinero en Tierra, y el de Emilio Prados, Tiempo; en 1926, el de Manuel Altolaguirre, Las islas invitadas; en 1927, el de Luis Cernuda, Perfil del aire; y en 1928, el de Jorge Guillén, Cántico, y el de Vicente Aleixandre, Ámbito; año en que también se publica el Romancero Gitano, que hace famoso a su autor, Federico García Lorca. Aunque muy minoritaria en sus comienzos -el público y la crítica los ignoraban o los tachaban de vanguardistas-, la generación se impuso pronto por la calidad de su poesía y por la personalidad fulgurante de algunos de sus miembros, especialmente García Lorca y Alberti.
En 1925 dos de ellos, Alberti y Gerardo Diego, obtuvieron el Premio Nacional de Literatura, el primero con Marinero en Tierra, y el segundo con Versos humanos, que obtuvo un accésit. Fue el primer éxito oficial de la generación, y el que le abrió las páginas de las revistas literarias del momento, como la prestigiosa Revista Occidente, que dirigía José Ortega y Gasset, y en cuyas páginas publicaron poemas, a partir de 1924, todos los poetas del 27. Ortega no sólo los acogió en su revista, sino que publicó en las ediciones de la Revista Occidente, que también dirigía, algunos libros de la generación, como el Romancero Gitano de García Lorca, Cántico de Jorge Guillén, Seguro Azar de Salinas y Cal y Canto de Alberti. Mostraba así su apoyo a un movimiento poético que se caracterizaba por la calidad y pureza de su trabajo, y por el afán de alcanzar la esencialidad de la poesía.
